17.2 C
Puerto Real
jueves, 28 marzo, 2024
spot_img

Historia de Puerto Real: Apuntes sobre nuestra Historiografía Antigua (V)

El hallazgo del excepcional mosaico romano de Baco[1] en el sitio que antiguamente se conocía como Huerta San José, en el entorno del Barrio de Jarana, hace unos años, vendría a descubrir una “punta de iceberg” que ha sacado a la luz no sólo lo que sin duda constituye una magnífica pieza musiva, sino una no menos significativa zona arqueológica cuyo conocimiento viene tomando forma desde mediados del ya pasado siglo XX y que ha ido conformándose en torno a yacimientos antaño considerados quizá como elementos puntuales y que hoy deben ser entendidos como un conjunto integral de hitos interrelacionados, activos a lo largo de diversos siglos de nuestro pasado romano y protagonistas de una historia de interacción económica y poblacional.

Con ese ejemplo de arte musivario romano, botón de muestra de una calidad estética, reflejo de una realidad de bonanza y pujanza económica, tenemos quizá la pieza de calidad artística que hasta el momento presente quizá había venido faltando para que la zona de Puente Melchor-Barrio de Jarana (lugar en el que se concentran yacimientos romanos como los de “Pinar de Villanueva”, “Puente Melchor”, “Campo de Golf” o este de la “Villa Romana del Mosaico del Barrio de Jarana” (sic) recibiera la atención momentánea de los flashes y con ellos del gran público en general. Pero no se trata sólo de la singularidad de dicho elemento en concreto, y la atención de los medios de comunicación, efecto inmediato debido a la novedad del caso y, por qué no, a lo espectacular del mosaico, debe ser seguida (cuando no sustituida) por los intentos de racionalización y explicación de la realidad de la zona, de cómo pudo ser la dinámica interna de la Bahía gaditana, o al menos de su Saco Meridional en los primeros siglos del Imperio (ámbito cronoespacial que enmarca el objeto del interés específico de estos párrafos).

Mosaico de Baco en Puerto Real.
Mosaico de Baco en Puerto Real.

A la hora de abordar la inteligencia de la dinámica interna de la Bahía de Gades en torno a los siglos I – IV d.C. habremos de partir del conocimiento de elementos tales como las características de su medio físico, ligeramente distinto del actual, con una superficie de espejo acuático superior pero con una dinámica de caños, canales y esteros ya retratada contemporáneamente, entre otros, por el amasiense Estrabón en su Geografía. No queremos detenernos en este particular, sino sólo hacer mención del mismo; igualmente habrá que hacer mención de la traída y llevada cuestión de la ubicación en el interior de la Bahía del Portus Gaditanus, establecido “en la tierra firme frontera” a Gades por ese activísimo núcleo económico conformado por los Balbo gaditanos, según nos informa el mismo Estrabón.

Sabemos de la existencia del Portus Menesthei, tradicionalmente relacionado con El Puerto de Santa María, así como de la statio ad portum, igualmente situada en el marco de la Bahía, posiblemente en el camino hacia el referido Portus; sabemos igualmente de la existencia de la statio ad pontem, emplazada asimismo en el interior de la Bahía gaditana. No son conocimientos nuevos. No hemos sido los primeros en apuntar la importancia de Medina, Asido Caesarina, en la dinámica interna de la Bahía en época romana; otros estudiosos, como los profesores Chic o Padilla, han señalado en esta dirección con anterioridad. Es interesante profundizar en este sentido, y si ya es conocida la transferencia de poder de Gades a Asido en la Baja romanidad de nuestra Bahía (título casi exacto de un artículo de Padilla Monge), no deja de ser interesante la posibilidad de la existencia de un portus (privado o público) dependiente de Asido en el espejo interior de la Bahía, con su correspondiente poblamiento -de la categoría y naturaleza que pudiera serlo.

PUBLICIDAD

La ciudad de Asido Caesarina (hoy Medina Sidonia), núcleo prerromano (de origen fenicio) que conoce un nuevo desarrollo en la transición de las Eras, habría conseguido alcanzar su momento culminante en época tardorromana, merced a las transformaciones (económicas, pero no sólo económicas) de la Bahía y a la gran dinámica económica del propio Imperio Romano, con unas producciones gaditanas (v.g., las salazones) en retroceso frente a la competencia de otros ámbitos geográficos de la romanidad y con un ascenso del retroterra de la Bahía representado por Asido frente a la orilla de la Bahía (esto es, de las producciones agrarias y la ganadería frente a las actividades de transformación y comercio antes predominantes y más propias de la costa).

El Geógrafo Estrabón. Ilustración alemana de 1493.
El Geógrafo Estrabón. Ilustración alemana de 1493.

Sabemos, merced a los estudios precedentes, de la existencia de un notable volumen de yacimientos romanos en el interior de la Bahía, y especialmente en el moderno término municipal de Puerto Real. Parece probado, además, el poblamiento romano de época bajoimperial en el solar del actual Puerto Real, tal y como señalan materiales hallados en dicho término cuya datación pertenece a dicho momento histórico, a los finales de la romanidad tal y como solemos entenderla convencionalmente (o a la “Baja Romanidad”, siglos IV-V d.C., por ejemplo en el yacimiento de “Puente Melchor”, vecino de la Villa Romana del Mosaico del Barrio de Jarana).

El profesor de Arqueología de la Universidad Hispalense y buen conocedor de nuestro pasado romano, Enrique García Vargas, por su parte, extiende la duración como núcleo romano activo de “Villanueva” (en el actual Barrio de Jarana, Puerto Real) hasta el siglo IV d.C., con independencia de que dicho sitio hubiera podido dejar ya de funcionar como un centro de producción de ánforas incluso en momentos anteriores; el mismo investigador entiende que yacimientos como “Puente Melchor” o el “Olivar de los Valencianos” habrían podido permanecer activos durante los siglos IV-V de la Era cristiana (vide sobre el particular la Bibliografía que se adjuntó en el artículo precedente).

Al margen de la posibilidad real de vinculación del Barrio de Jarana (núcleo habitado aún hoy y situado en las inmediaciones de la Villa Romana del Mosaico) con el núcleo urbano romano de Asido, entendemos que puede ser considerada la hipótesis de la continuidad de poblamiento desde la antigüedad romana hasta nuestros días en el núcleo del Barrio de Jarana en sí, que habría pasado de la Sacrana romana a la medieval Xarrana (Jarana en época moderna)[2] hasta el Barrio de Jarana contemporáneo. Consideramos, pues, que en el entorno del actual Barrio de Jarana podría ubicarse una zona de poblamiento estable romano, que habría podido depender del núcleo asidonense y que, como puerto subsidiario de dicho núcleo urbano interior, habría desempeñado actividades económicas igualmente subsidiarias del mismo (repitiendo, salvadas las distancias de escala y proporciones, el conocido modelo de Atenas-El Pireo o de Roma-Ostia, pero ya sin la presencia física de un curso fluvial como es el caso del itálico río Tiberis-Tíber).

Creemos que la dinámica interna de la Bahía de Gades habría de este modo podido contar con un portus interior en la zona oriental y sudoriental de la Bahía, emplazado en el moderno término municipal de Puerto Real, que habría podido servir para canalizar las producciones anfóricas representadas por figlinae como las de “Puente Melchor” o depósitos anfóricos como el del “Pinar de Villanueva”.

Museo Provincial de Cádiz.
Museo Provincial de Cádiz.

Dicho portus, un lugar concreto en el que se comercia, según establece literalmente la legislación romana, habría podido servir como tal puerto, pero asimismo habría podido desempeñar funciones de estación fiscal (statio, portus) y aduanera, o bien habría podido desempeñar funciones auxiliares a las comunicaciones (mansio) siguiendo el hábito y práctica habituales en la época.

Igualmente, podría haberse beneficiado de una significativa transversalidad de la comunicación en el entorno, ya que podrían combinarse las vías acuáticas (representadas por el propio espejo de la Bahía, pero también por los caños, canales y esteros de la misma) con las terrestres (la vía Gades Romam, que pasa justo por sus entornos, inmediatamente al N. del Barrio de Jarana), ejemplificando un modelo oportuno de interacción entre los medios y vías de comunicación acuáticas interiores, marítimas y terrestres. No es de desechar tampoco la existencia contrastada de instalaciones funerarias en el entorno (caso de la necrópolis de “Puente Melchor”, asimismo excavada).

Básicamente consideramos que el yacimiento en el cual ha sido hallado el que ha sido conocido “Mosaico de Baco” (nombre que se le ha dado en función de la iconografía principal que muestra y presenta), pudo estar relacionado con (y pertenecer a) la dinámica expuesta, tratándose de instalaciones en todo o en parte pertenecientes a dicho núcleo romano y que puede identificarse con la zona arqueológica de Puente Melchor-Barrio de Jarana. La funcionalidad económica de dicho núcleo como hipotético portus, un auténtico nudo de comunicaciones transversal marítimo-terrestre y su relación con los yacimientos del entorno, así como con el núcleo urbano de Asido Caesarina, del que pudiera ser dependiente, no son más que hipótesis de trabajo que deben ser pulidas y contrastadas.

Al margen de su posible funcionalidad en relación con el eje de comunicaciones transversal marítimo-terrestre constituido por la posibilidad de navegación marina y con la existencia de la Via Augusta en su entorno inmediato, las estructuras del “Yacimiento del Mosaico” representan el -hasta la fecha- más completo y complejo ejemplo de la presencia estructural de habitación romana en el término municipal de Puerto Real, lo que es decir en el arco costero oriental interior de la Bahía de Cádiz.

Su riqueza y complejidad estructural, la combinación de diferentes ambientes y modelos de espacio, los elementos constructivos al par que decorativos que muestra (distintas y numerosas salas, columnas, paredes estucadas, dibujos y decoraciones parietales, hasta llegar al “Mosaico de Baco”) hacen de la Villa Romana del Mosaico del Barrio de Jarana un monumento extraordinario y parangonable con paralelos italicenses, emeritenses, tarraconenses…, representando además el mejor y más destacable ejemplo singular en su categoría de todo el ámbito de la Bahía de Cádiz.

El complejo de la Villa Romana del Mosaico del Barrio de Jarana viene a representar, además, un nexo de unión físico entre yacimientos arqueológicos costeros gaditanos tales como los de Carteia, Baelo Claudia o la propia Gades, por cuanto su presencia material “cubre” un espacio de esta costa gaditana en el que hasta la fecha no había sido descubierto y estudiado un yacimiento de esta naturaleza, que por sus características estructurales patentiza la continuidad del poblamiento romano en el ámbito costero gaditano.

Su situación y emplazamiento físicos combinan además distintos parámetros que refuerzan su relevancia; de este modo cabe destacar que se encuentra a caballo entre la costa y el ámbito interior de la Bahía, representando además uno de los posibles puntos de contacto e interrelación entre las perticae de Gades y Asido Caesarina; como ya se ha señalado supra, se beneficia (y participa) de la interacción entre las comunicaciones terrestres y acuáticas, encontrándose en una situación privilegiada de cara a las navegaciones del interior de la Bahía gaditana de la época; su proximidad a “Puente Melchor” y a “Villanueva” hace pensar en la cierta relación entre estos yacimientos (encontrándose en el primero una zona de producción cerámica, así como estructuras funerarias, y en el segundo otra zona de fabricación y depósito anfórico y cerámico en general) y la Villa Romana del Mosaico, que habría podido representar el eje articulador y vertebrador de estos complejos arqueológicos referidos.

Se trata de un yacimiento excepcional, no sólo por el estado de su conservación, la escasa profundidad a la que se encontraba y la calidad de los elementos estructurales y decorativos que lo conforman (especialmente la decoración parietal y musiva), sino por el papel que desempeña como elemento vertebrador de la campiña circundante y por el ya mencionado rol que sin duda debió jugar en el ámbito costero gaditano general, de una parte, y en el marco más específico de la Bahía de Cádiz por otro.

Referencias:

[1] Hoy en el Museo Arqueológico Provincial de Cadiz.

[2] Algo (la continuidad de poblamiento en la zona del Barrio de Jarana desde época romana hasta nuestros días) sobre lo que hemos tratado en diversos textos precedentes en esta serie y en otros espacios de investigación y de divulgación.

Manuel Parodi
Manuel Parodi
Doctor Europeo en Historia, arqueólogo. Gestor y analista cultural. Gestor de Patrimonio. Consultor cultural.

Artículos Relacionados

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

- Advertisement -
- Advertisement -spot_img
- Advertisement -spot_img

Opinión

error: El contenido está protegido.