El buque anfibio-portaaeronaves “Juan Carlos I” (L-61) se encuentra en la fase final de los trabajos de mantenimiento y modernización que “Navantia” realiza en su astillero de Puerto Real.
El proceso de inmovilización, iniciado el 17 de julio con la entrada del buque en dique, afronta ahora su recta final con la puesta a flote, prevista para este lunes 10 de noviembre. Tras la misma, se continuará con el resto de trabajos hasta su finalización y posterior periodo de pruebas de mar, programadas para la primera quincena de diciembre. Se trata de una actuación en la que participan una media de 300 trabajadores y más de 35 empresas especializadas, lo que refleja la magnitud y complejidad técnica del proyecto, una de las actuaciones más relevantes acometidas desde su entrega a la Armada en 2010.
Entre los principales trabajos destaca el reemplazo del sistema de propulsión, que permitirá optimizar su rendimiento y garantizar su operatividad durante los próximos años. Los trabajos han incluido el desmontaje de los “Pods” existentes, la desinstalación de 48 equipos del sistema anterior y la instalación de 50 nuevos equipos asociados a la propulsión de nueva generación. El proyecto ha requerido el tendido y conexionado de más de 35.000 metros de cableado, tanto de fuerza como de control, y el reconexionado de otros 31.000 metros existentes y reutilizables, para lograr la integración total del nuevo sistema.
Además, se ha desarrollado un amplio programa de trabajos de varada, entre los que se incluyen: tratamiento de superficie de la superestructura y el casco; revisión de hélices transversales, estabilizadores, anclas y cadenas; renovación de ánodos de casco, sistemas de protección catódica por corriente impresa (ICCP) y sistema anti-incrustante (MGPS en sus siglas en inglés); sustitución y revisión de más de 200 válvulas de fondo; limpieza y pintura de casi 80 tanques tanques y sentinas, entre otros.
A destacar, asimismo, el mantenimiento realizado en los grupos diésel generadores, obra que requiere un completo “overhaul” de los mismos y que aporta la fiabilidad y disponibilidad futura para energizar los nuevos PODs
El jefe de Máquinas del buque, capitán de corbeta Héctor Arias Macías, ha subrayado la relevancia técnica y humana de este proceso: «La modernización efectuada en el buque se traduce en una mayor fiabilidad de los sistemas y en una mejora sustancial de las condiciones de vida a bordo”.
Según explica, “en habitabilidad se notará una mejora en las zonas de esparcimiento, aseos y cocinas, que se han renovado por completo junto con las cámaras frigoríficas.
Arias señala también “la empatía y profesionalidad con la que todo el personal y las empresas implicadas han afrontado el proyecto”, destacando la importancia y la coordinación y cooperación de los distintos equipos. “Ver al buque de nuevo a flote, tras cuatro meses en dique seco, listo para la siguiente misión, nos llena de orgullo e ilusión”, concluye.
El jefe de programa de Navantia, Joaquin Pery Bohórquez, ha destacado “la magnitud de esta inmovilización, tanto en términos de empleo en la Bahía de Cádiz, como en el trabajo conjunto con la Armada para garantizar la plena operatividad del buque y la mejora de la habitabilidad para la tripulación”.
“Han sido meses de intenso trabajo en los que Navantia se ha involucrado para entregar a tiempo y con la calidad que la Armada requiere”, ha añadido.
Unidad Estratégica para la proyección del poder naval
Con esta intervención, el “Juan Carlos I” consolida su capacidad como buque insignia de la Armada y pieza clave en las operaciones de proyección del poder naval en el marco internacional. Desde su entrega a la Armada en 2010, ha participado en despliegues internacionales y operaciones combinadas con marinas aliadas como las operaciones de la OTAN “Brilliant Jump”, “Mare Aperto”, “Dinamic Mariner” y “Flotex”, además de múltiples ejercicios conjuntos con otras marinas en el Mediterráneo y el Atlántico.
Durante 2023 lideró el Grupo Anfibio y de Proyección de la Armada durante el despliegue “Dédalo 23”, junto a unidades de Infantería de Marina y aeronaves Harrier, demostrando su capacidad de mando y control en operaciones multinacionales. En el 2024, también en el marco de “Dédalo 24”, participó en ejercicios de proyección de fuerza en el Mediterráneo Oriental y en el Báltico junto con varios países de la Alianza. Ese mismo año, el buque fue nuevamente movilizado con carácter de apoyo humanitario, trasladando ayuda y medios aéreos a la Comunidad Valenciana durante la emergencia provocada por la DANA.
En 2025, el “Juan Carlos I” ha participado de nuevo en el Grupo de Combate Expedicionario “Dédalo 25” durante un despliegue de alta visibilidad, participando en el ejercicio naval multinacional “UNITAS 25”, con la ejecución de operaciones anfibias complejas en la costa de Estados Unidos.
Con 231 metros de eslora y capacidad para operar tanto como portaaeronaves, buque de asalto anfibio y plataforma de mando, sigue siendo actualmente la mayor unidad construida para la Armada. Su versatilidad, autonomía y capacidad logística lo convierten en un elemento esencial en la proyección del poder naval sobre tierra, en las misiones de gestión de crisis y en todo un símbolo de la capacidad industrial y tecnológica de España en el ámbito naval.
FUENTE: Navantia





