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viernes, 15 marzo, 2024
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Historia de Puerto Real: La Cosmografía de España de Hernando Colón y Puerto Real (I)

Traemos a colación en estos párrafos de hoy otra perspectiva, otra mirada, sobre el Puerto Real del siglo XVI, después de los artículos que hemos dedicado a otros testimonios sobre la ciudad en la época de su Fundación y los aledaños de la misma a fines del siglo XV y principios del XVI.

En esta ocasión centraremos nuestro interés en aquellos breves apuntes que al Puerto Real de principios del siglo XVI dedica una personalidad ilustre de la España del reinado de Carlos V, a principios del Quinientos, justamente de manera casi contemporánea (pocos años después de tal acontecimiento histórico) a la Fundación de la Real Villa.

Se trata nada más y nada menos que de Hernando Colón y Enríquez de Arana, Hernando Colón (o Fernando Colón, nacido en Córdoba en 1488 y fallecido en Sevilla, en el año 1539), hijo menor del Almirante Cristóbal Colón, insigne personaje de su época y de la España de comienzos del XVI, erudito, enorme bibliófilo, gran cosmógrafo, pilar cultural de su momento, hombre del siglo, político también, persona que se desenvolvió en los aledaños del Poder desde su más tierna infancia, una figura de gran relevancia en fin de cuentas en los tiempos del reinado del emperador Carlos V, en la primera mitad del Quinientos.

Sería harto prolijo entrar con detalle en los pormenores de la biografía del personaje; bástenos ahora señalar que, siendo aún un niño, Hernando fue paje del heredero de los Reyes Católicos, el malogrado príncipe Juan (y de este modo sería introducido en los ambientes cortesanos), y que tras la muerte de este infante ocuparía al tiempo el mismo desempeño, el de paje, al servicio ya, nada menos, de la reina Isabel I, acaso mejor conocida como Isabel la Católica.

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Cristóbal Colón. Biblioteca del Congreso de los EEUU.
Cristóbal Colón. Biblioteca del Congreso de los EEUU.

Acompañaría a su padre en su cuarto y último viaje al Nuevo Mundo, retornando con su progenitor a en su regreso a la Península, llegando a la localidad gaditana de Sanlúcar de Barrameda a la caída en desgracia del Almirante en noviembre del año 1504.

Fallecido su padre en 1506, el joven Hernando Colón regresaría brevemente al Nuevo Mundo en 1509 pero, siempre atento a defender los intereses de su familia y del cabeza de la misma tras la muerte del padre, su hermano mayor Diego Colón, regresaría finalmente a la Península Ibérica para ocuparse de los aspectos públicos y legales de las azarosas cuestiones familiares de los Colón, acremente enfrentados con las más altas instancias del Estado.

Dicha defensa de los intereses y derechos de la familia se materializaría por ejemplo en el más que relevante papel desempeñado por Hernando en los así llamados “Pleitos Colombinos” (que se prolongaron durante lustros en la primera mitad del siglo XVI), las disputas suscitadas entre la Corona y la familia Colón, defendiendo los herederos del Almirante los privilegios obtenidos de la Corona en su día por el citado Cristóbal Colón.

En su faceta como intelectual, como persona de la Cultura, como gran erudito, Hernando Colón destacaría en su siglo como geógrafo y cosmógrafo, al tiempo que como hombre político; de tal modo y de la mano de ambos aspectos de su personalidad y desempeños, Colón participaría en algunas de las negociaciones entre Portugal y la Monarquía Hispánica en el contexto de los áridos y continuados litigios suscitados entre ambos poderes europeos por cuestiones de límites y fronteras en el Extremo Oriente (siempre la alargada sombra de Alcaçovas-Toledo y Tordesillas…).

Igualmente el menor de los hijos del navegante genovés sería autor de una biografía de su padre, la “Historia del Almirante”, que no fue publicada sin embargo por Hernando Colón y que tras diversos avatares vería una primera edición en Italia, en italiano, en 1571 y que no sería traducida al español finalmente hasta el siglo XVIII siendo autor de dicha traducción castellana el marino, científico, naturalista, escritor y militar ilustrado Antonio de Ulloa.

Tumba de Colón en la Catedral de Sevilla.
Tumba de Colón en la Catedral de Sevilla.

Otra de sus grandes iniciativas sería su magna obra titulada “Descripción y Cosmografía de España”, el manuscrito de la cual se conserva en la Biblioteca Colombina de Sevilla, articulado en varios códices de la referida institución que recoge la gran biblioteca privada de Hernando Colón (notable bibliófilo en su día), que a la muerte del cual -y no sin atravesar diversas vicisitudes pasaría a manos del Cabildo catedralicio de la Sede Hispalense.

Esta ambiciosa obra, de carácter enciclopédico, sería una iniciativa del hijo del Almirante, quien emprendería la labor recopilatoria de la información, con el auxilio de ayudantes y secretarios, en 1517, viéndose los trabajos truncados en 1523 cuando el Consejo de Castilla decidió prohibir a Hernando Colón la prosecución de estos trabajos cosmográficos…

La “Descripción y Cosmografía de España” (un proyecto truncado como veíamos), recopilada como hemos señalado por iniciativa del propio Hernando Colón a principios del siglo XVI, conocería una edición a cargo de la Sociedad Geográfica Española, en 1910, una edición en tres volúmenes que saldría (hace más de un siglo) de las madrileñas prensas del Patronato de Huérfanos de la Administración Militar en dicho año de 1910.

Firma de Cristóbal Colón.
Firma de Cristóbal Colón.

Muchos años más tarde, en 1988, y al calor de la Conmemoración del V Centenario del Descubrimiento de América (1992), en los prolegómenos de las celebraciones de la referida efeméride, esta magna obra colombina conocería una cuidada edición, facsímil de la aparecida en 1910, una edición -la de 1988- impulsada por la Junta de Andalucía; la administración autónoma andaluza patrocinaría esta publicación a través de su Consejería de Cultura.

Esta edición de finales del siglo pasado (que cuenta ya con más de treinta años) sería lanzada con motivo precisamente del 500 aniversario del nacimiento del propio Hernando Colón (1488 – 1988).

La obra, titulada “Descripción y Cosmografía de España por Fernando Colón”, está compuesta por tres tomos de desigual volumen, contando el primero con 360 páginas, el segundo con 334 y el tercero con tan solo 85 páginas.

La edición, espléndida y sobria a la vez, corrió a cargo de Padilla Libros, quien tiraría los ejemplares en sus prensas de la sevillana calle Becas, corriendo el diseño a cargo del propio José Manuel Padilla, editor de la obra, y siendo autor del dibujo de cubierta Manolo Armijo.

La obra, que cuenta con prólogo crítico (de 52 páginas) a cargo del historiador americanista José Luis Mora Mérida, un texto titulado “Un hombre, una Historia y una mentalidad: don Hernando Colón (1488-1539), se presenta -de manera asimismo muy cuidada- en caja ilustrada, que guarda los tres volúmenes de la misma.

Y en las líneas dedicadas a Puerto Real por Hernando Colón nos centraremos en los siguientes párrafos de esta serie.

Manuel Parodi
Manuel Parodi
Doctor Europeo en Historia, arqueólogo. Gestor y analista cultural. Gestor de Patrimonio. Consultor cultural.

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